miércoles, 19 de diciembre de 2007

Etnografía

Tianguis dominical del “Aguazul”

Tianguis proviene del vocablo náhuatl
"tianquiztli" significa mercado.
Esta actividad del comercio al aire libre en los pueblos de Mesoamérica es prehispánica y existen registros antropológicos de ello en los poblaciones de mayor importancia como Tenochtitlan, Texcoco, Tlaxcala y Xochimilco.

La delimitación espacial de el tianguis comprende: la calle España que cruza con Nicolás Régules la Calzada del Águila, calle Rusia y la Calzada del Campesino, aproximadamente a una cuadra de la estación del ferrocarril de Guadalajara.
Los comercios ambulantes comienzan a montarse a partir de las 7:00 horas y cerca de las 16:00 horas se ven a los últimos comerciantes en retirarse.
En este tianguis se observó la venta de diversos artículos como: ropa usada y nueva, alimentos que se prepara ahí mismo. Abarrotes, frutas y verduras, juguetes, plantas, servicios de veterinaria, libros, artículos domésticos como: lavadoras, licuadoras, planchas, etcétera.
¿Qué favorece esta actividad comercial?
Burdieu en el estudio del gusto señala que los burgueses se inclinan por lo estético, desdeñando lo útil.
Y los pobres piensan de forma contraria; aquí el sentido de la oportunidad al comprar a precios bajos es lo útil para las personas de escasos y medianos recursos económicos.
Las amas de casa se desempeñan como expertas, en sus gestos se puede ver la agudeza con la que revisan lo que comparán al llegar a un puesto.
Donde regularmente no compran no son tan desconfiadas pero siempre revisan lo que llevan. Al final salen triunfantes por haber hecho la mejor compra, por lo tanto justifican su labor en el hogar.
Los niños también van en busca de juguetes y cosas extrañas con las que se puedan divertir.
Son excelentes clientes, casi ninguno regatea y aquello que les gusta lo compran si les alcaza el dinero, refieren algunos vendedores de juguetes.
Los hombres que acompañan a las mujeres cargan los bultos más pesado y sobre todo a los de mayor edad, sus compañeras de forma discreta les toma la opinión al comprar.
Quienes sufren una discapacidad pasean sin ser señalados con la mirada o algún gesto de rechazo.
Los visitantes llegan en coches bien tratados por lo general. Otros más provienen de las colonias pobres de las faldas del cerro del cuatro, vía Av. Ocho de Julio y arriba en autobuses urbanos.
Lo que más se vende la comida hecha, tacos, tortas, fritangas, tostadas.
Libros de segunda mano, son los olvidados, hay pocos puestos.
Las “chácharas”, es decir artículos de segunda mano, refacciones diversas, antigüedades y herramientas son las favoritas de los jubilados.
En los puestos de discos piratas lo que más se escucha es la música comercial, especialmente banda o el norteño.
Los precios de las películas piratas de “estreno” van desde cinco hasta 25 pesos y son “garantizada” por los vendedores.
Se pudo observar que se establecen relaciones de amistosas a partir de la confianza en la compra, “buena fe”.
Según una encuesta realizada por la revista Mercadotecnia Global del ITESO con fecha de noviembre de 2001, 1433 entrevistados arrojaron que el 34 % asisten a los tianguis porque consideran que los precios son bajos.
El 22 % porque hay variedad; 18 % por costumbre y el 15 % por que les resulta cómodo.

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